Lectura en casa

 

LECTURA EN CASA

Por Pierina PiedraSanta Abud

 

En casa hay tanto que hacer, que una de las actividades que más podemos hacer es LEER.

Pero… ¿cómo?

Poniendo atención a todo lo que hay a nuestro alrededor.

·         El volante: de repente, sin previo aviso y como por arte de magia, una hoja con un anuncio aparece en la puerta de la entrada. Hay que saber si es algo importante, y para poderlo descubrir, con prisa hay que descifrar el texto.

·         Periódicos viejos: antes de empezar a limpiar las ventanas de la casa con los periódicos viejos que se guardan, en el momento que escogemos qué hoja nos funciona mejor para dicho oficio, de una ojeada leemos si hay una nota de nuestro interés que podamos aprovechar a leer.

·         Nombres raros: En el gavetero  o en el trinchante siempre hay una sección apartada para los medicamentos, cajas chicas, cajas grandes, y de colores, pero todas, todas, todas tienen nombre: aspirina, vitamina E, bacaolinita, acetaminofen, neurobión y un montón más. Palabras complejas que con la constante repetición la lectura facilitarán.

·         La alacena: cuando se abren las puertas de par en par, todos los productos y sus componentes salen a desfilar. La marca, los ingredientes, la tasa nutricional y las formas de preparar son algunos textos que debemos leer para el buen comer.

·         Sobres, notas y recibos: avisos, cobros y datos importantes llegan ciertos días del mes y para poderlos comprender, la explicación de un adulto mayor te puede favorecer. Aclarar los datos del recibo de la luz, el agua y el teléfono nos ayudan a comprender  nuevos conceptos que debemos de conocer como: paja, kilovatios, mora, corte, reconexión, alumbrado público entre otros.

En casa muchas formas hay de leer, y así nuestro acervo puede crecer.

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